Ese joven de 11 ó 12 años que dejó de ser un niño, pero que todavía no es un adolescente, necesita un cambio en su dormitorio que sea paralelo a los cambios que está viviendo en su cuerpo y en su mente. Se encuentra en la franja de edad intermedia donde empieza a reclamar su independencia y, a la vez, no quiere desprenderse del todo de la guía paterna.
En este reportaje te damos una serie de sencillos consejos decorativos para su dormitorio. Se trata de propuestas que podrás incorporar a la alcoba de tu hijo de modo que su rincón personal sirva de marco para próxima madurez. Recuerda que es importante tener en cuenta sus ideas y dejarle espacio para que él también participe en la decoración de su cuarto, pero siempre manteniendo un orden.
Un entorno adecuado
Usa colores pastel luminosos, como verdes, azules, beige, rosado, melocotón, lavanda, crema y café con leche. Para darle calma a un niño de por sí sobrestimulado e hiperactivo, agrega tonos intermedios de azul. Si tu hijo/a es tímido o tranquilo, agrega unos toques de brillo a la habitación, en la gama de los amarillos, naranjas y rojos.
Por otro parte, es muy importante que alientes sus sueños y ambiciones. Despliega las pruebas de sus éxitos escolares, tales como diplomas, menciones, premios, fotos, etc., para alimentar su autoestima y sus ganas de progresar. Cuelga una pizarra de corcho sobre su mesa de estudio y cúbrela de motivos que tengan que ver con sus gustos y pasiones. Evita imágenes de contenido violento.
Algo fundamental para tu hijo es disponer de mucho espacio para guardar sus cosas, así puede disfrutar de su habitación sin que le moleste el desorden. Instala cajoneras y estanterías que estén al alcance de la mano. Recurre a armarios prácticos y modernos. Deja que sea él o ella el que elija su escritorio, biblioteca, baúl y aparador. Deja que guarde dentro del mobiliario de almacenaje sus tesoros: cómics, colecciones de cromos, juguetes favoritos, etc.
Para dormir bien
Con el fin de atraer el buen sueño, coloca la cama contra una pared mirando a la puerta. Un cabecero de madera le hará sentir protegido. Cubre las puntas y esquinas de los muebles con parches de tela de colores. Si el techo es bajo, píntalo de azul claro, con machas blancas que imiten nubes. Si el cuarto es pequeño, deshazte de los muebles grandes y pesados para que el joven ande con comodidad.
Aviva el cuarto de tu hijo con mucha luz natural y deja entrar a la naturaleza. Coloca por lo menos una planta en el ambiente para dar energía. Proponle que pinte una maceta o un recipiente para la misma con el diseño y los colores que más le gusten. Encárgale que se ocupe de regarla y cuidar de que crezca sana. Una pecera es otro detalle que iluminará la habitación. Además, los peces de colores dan buena suerte.
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