Situada en el Parque Natural de Los Arconocales, en la localidad gaditana de Tarifa, esta casa lo tiene todo. Por dentro es amplia, luminosa, cómoda y sugerente. Y por fuera, tranquila y con unas vistas envidiables a la costa.
Porche con jardín
Una pérgola de madera pintada en blanco da cobijo a una mesa con sillas donde disfrutar de agradables veladas. El césped del jardín permite tumbarse a la sombra a leer o reposar. Mesa y sillas, de Verdecora. Sobre la colchoneta descansan unos cojines de rayas, de Berberia. Bajo el árbol, farolillos comprados en Marruecos.
Recibidor en dos alturas
Un espacio cuadrado da la bienvenida al interior de la casa, que se intuye amplia y luminosa. A un lado queda el salón y al otro, tres escalones conducen al comedor. Mueble de madera lacado en blanco y con cuarterones de cristal, de Mala Mujer Living Tarifa. Cesta de mimbre con flores, pie de lámpara turquesa y alfombras de nudos, de Berberia.
Un salón cálido
La zona de estar está presidida por la chimenea. Frente a ella se dispuso un amplio sofá, en forma de U, y en el centro una mesa baja formada por unas tablas de madera pintadas de blanco sobre patas metálicas. Sofá y mesa de centro realizados por encargo. Farolillos y espejo, de Beldeco. Chal fucsia, de Berberia. Lámpara de latón naranja, de Expresión Negra.
Salón y comedor en contraste
Para romper la homogeneidad de los tonos crudos y blancos que imperan en el salón, se dispusieron elementos de color como la alfombra o los cojines. Cojines en fucsia lisos y con estrellas, de Zara Home. Los de tono crudo y lino son de Gastón y Daniela. Alfombra, cesta y chal bicolor, de Berberia.
Comedor exótico
A un nivel superior se situó el sencillo comedor, formado por una mesa de madera y cuatro sillas realizadas de forma artesanal con faldón de fibra. Una original lámpara de techo de pasamanería encaja a la perfección con el aire oriental de esta zona. Mesa y sillas adquiridas en Bali. Lámpara de techo blanca con cintas y cuentas, de Deco Tarifa. Cuencos de colores y botellas, de Berberia.
Cocina integrada al comedor
Un murete de obra separa el comedor de la cocina. En una pared se dispusieron los electrodomésticos y una alacena con puertas de cristal. La zona de trabajo cuenta con amplias gavetas sin tiradores. Muebles de cocina, de Santos. Paño, de Zara Home. Grifo, de Frecan. Lámpara adquirida en Marruecos. Termo rojo, de Expresión Negra. Alfombra, de Berberia.
Dormitorio con estilo cosmopolita
Situado en la planta superior, el dormitorio principal se decoró con muebles y complementos procedentes de lejanas tierras. Un gran ventanal y la amplia terraza son un plus añadido. Ropa de cama y manta gris, de Zara Home. Cojines y chal lila, de Berberia. Tapiz de seda y cortinas de gasa, adquiridos en un viaje por La India. Mesilla, de Beldeco. Pufs blancos, de la tienda Mala Mujer Living Tarifa.
Continuidad visual en la cocina
Los grandes ventanales reivindican unas cortinas livianas, casi transparentes, que permitan admirar y disfrutar del paisaje.
Dormitorio con baño
Un murete de obra se convirtió en elemento separador entre el dormitorio y el cuarto de baño. Además, su estructura se utilizó como soporte para una cómoda. Sobre el murete, conjunto de jarroncitos y bandeja, de Beldeco. Alfombra de nudos, de Berberia. Lámparas de techo, en forma de lágrimas, procedentes de Bali.
Zona de descanso
Frente a la cama se colocó un banco con cojines que permite relajarse, leer o disfrutar de la magnífica vista que ofrecen los grandes ventanales.
Cuarto de baño en blanco
En el baño, una silla de madera sirve de apoyo a la hora de vestirse. Banco de madera negra y nácar, de Explora. Chal, de Berberia. Cojines traídos de La India. Silla pintada de blanco, de Beldeco. Cojín, chal y zapatillas, de Zara Home. Perchero, de Beldeco. Cesta, de Berberia.
Baño en dos partes
El cuarto de baño está dividido; los lavabos, situados en la zona de vestidor, descansan sobre un mueble de obra con espacio de almacén. Los sanitarios y la ducha se ocultan tras una puerta de cristal corredera. Lavabos de mármol y cestas de paja, de Meridiana. Espejos, de Explora.
Porche con jardín
Una pérgola de madera pintada en blanco da cobijo a una mesa con sillas donde disfrutar de agradables veladas. El césped del jardín permite tumbarse a la sombra a leer o reposar. Mesa y sillas, de Verdecora. Sobre la colchoneta descansan unos cojines de rayas, de Berberia. Bajo el árbol, farolillos comprados en Marruecos.
Recibidor en dos alturas
Un espacio cuadrado da la bienvenida al interior de la casa, que se intuye amplia y luminosa. A un lado queda el salón y al otro, tres escalones conducen al comedor. Mueble de madera lacado en blanco y con cuarterones de cristal, de Mala Mujer Living Tarifa. Cesta de mimbre con flores, pie de lámpara turquesa y alfombras de nudos, de Berberia.
Un salón cálido
La zona de estar está presidida por la chimenea. Frente a ella se dispuso un amplio sofá, en forma de U, y en el centro una mesa baja formada por unas tablas de madera pintadas de blanco sobre patas metálicas. Sofá y mesa de centro realizados por encargo. Farolillos y espejo, de Beldeco. Chal fucsia, de Berberia. Lámpara de latón naranja, de Expresión Negra.
Salón y comedor en contraste
Para romper la homogeneidad de los tonos crudos y blancos que imperan en el salón, se dispusieron elementos de color como la alfombra o los cojines. Cojines en fucsia lisos y con estrellas, de Zara Home. Los de tono crudo y lino son de Gastón y Daniela. Alfombra, cesta y chal bicolor, de Berberia.
Comedor exótico
A un nivel superior se situó el sencillo comedor, formado por una mesa de madera y cuatro sillas realizadas de forma artesanal con faldón de fibra. Una original lámpara de techo de pasamanería encaja a la perfección con el aire oriental de esta zona. Mesa y sillas adquiridas en Bali. Lámpara de techo blanca con cintas y cuentas, de Deco Tarifa. Cuencos de colores y botellas, de Berberia.
Cocina integrada al comedor
Un murete de obra separa el comedor de la cocina. En una pared se dispusieron los electrodomésticos y una alacena con puertas de cristal. La zona de trabajo cuenta con amplias gavetas sin tiradores. Muebles de cocina, de Santos. Paño, de Zara Home. Grifo, de Frecan. Lámpara adquirida en Marruecos. Termo rojo, de Expresión Negra. Alfombra, de Berberia.
Dormitorio con estilo cosmopolita
Situado en la planta superior, el dormitorio principal se decoró con muebles y complementos procedentes de lejanas tierras. Un gran ventanal y la amplia terraza son un plus añadido. Ropa de cama y manta gris, de Zara Home. Cojines y chal lila, de Berberia. Tapiz de seda y cortinas de gasa, adquiridos en un viaje por La India. Mesilla, de Beldeco. Pufs blancos, de la tienda Mala Mujer Living Tarifa.
Continuidad visual en la cocina
Los grandes ventanales reivindican unas cortinas livianas, casi transparentes, que permitan admirar y disfrutar del paisaje.
Dormitorio con baño
Un murete de obra se convirtió en elemento separador entre el dormitorio y el cuarto de baño. Además, su estructura se utilizó como soporte para una cómoda. Sobre el murete, conjunto de jarroncitos y bandeja, de Beldeco. Alfombra de nudos, de Berberia. Lámparas de techo, en forma de lágrimas, procedentes de Bali.
Zona de descanso
Frente a la cama se colocó un banco con cojines que permite relajarse, leer o disfrutar de la magnífica vista que ofrecen los grandes ventanales.
Cuarto de baño en blanco
En el baño, una silla de madera sirve de apoyo a la hora de vestirse. Banco de madera negra y nácar, de Explora. Chal, de Berberia. Cojines traídos de La India. Silla pintada de blanco, de Beldeco. Cojín, chal y zapatillas, de Zara Home. Perchero, de Beldeco. Cesta, de Berberia.
Baño en dos partes
El cuarto de baño está dividido; los lavabos, situados en la zona de vestidor, descansan sobre un mueble de obra con espacio de almacén. Los sanitarios y la ducha se ocultan tras una puerta de cristal corredera. Lavabos de mármol y cestas de paja, de Meridiana. Espejos, de Explora.