Friday, 18 May 2012
El color negro en los ambientes de la Casa
El negro es un color difícil, porque reduce espacios, pero si se utiliza bien en el salón otorga excelentes resultados
El uso del color negro en la decoración del salón plantea un auténtico reto, dado que absorbe mucha luz y tiende a la reducción de los espacios, y también porque puede contaminar el ambiente de connotaciones negativas. Sin embargo, si se utiliza con tino y equilibrio, el negro aporta elegancia y sobriedad. Además, combina con casi cualquier otro color, y se puede usar tanto para los muebles como para suelos, techos y paredes.
El negro es un color que siempre resulta un poco complicado de usar en la decoración del salón. Los motivos son sobre todo dos: el primero, que absorbe mucha luz y genera sensación de reducir los espacios, cuando lo que se busca es justo lo contrario (espacios amplios y aprovechar al máximo la luz); el segundo, que posee connotaciones negativas y en ciertas personas provoca rechazo o influye de manera perjudicial en su estado de ánimo.
El color negro tiene la ventaja de permitir buenas combinaciones con casi cualquier otra tonalidad. Pero sí que se debe evitar combinarlo con muchos otros colores. Negro, blanco y un tercer color forman una gama perfecta para el salón que permite cubrir todas las necesidad. El negro y otros dos colores (que no sean blanco) ofrecen posibilidades similares, siempre que estos dos no desentonen entre sí.
La combinación más clásica para el negro es, desde luego, el blanco. Las últimas tendencias indican que se usa mucho este juego, en particular para ambientes de estilo minimalista, es decir, en composiciones simples: muebles blancos sobre un suelo negro (o una alfombra negra), cojines blancos y negros para un sofá que también responda a uno de estos dos tonos, etc. Todo regido por líneas rectas, sin barroquismos ni ornamentos excesivos; apenas algún adorno sobre una mesa, algunas líneas en los cojines, pero no mucho más.
Una buena conjunción de blanco y negro permite obtener ambientes muy armoniosos y modernos. Además, este tipo de combinación, realizada de manera correcta, también se adapta a los preceptos del feng shui, ya que el negro y el blanco representan el yin y el yang. Según el taoísmo, estos dos conceptos equivalen a las dos fuerzas que mantienen en equilibrio el universo, dualidad que se manifiesta a través de múltiples formas, además del color: luz y oscuridad, movimiento y quietud, sonido y silencio, mente y cuerpo, masculino y femenino, etc.
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